Capítulo 7: Integridad en el Púlpito — Ética, Citas y el Arte de Dar Crédito

Pintura de TeWaikoropupū Springs (Nueva Zelanda) — Autor desconocido

Propósito del Capítulo

El propósito es establecer la integridad radical como el fundamento de la autoridad pastoral. Este capítulo aborda la ética de la propiedad intelectual (plagio y piratería) y la transparencia doctrinal, asegurando que el predicador honre la fuente de toda sabiduría (Santiago 1:17, NBLA) y evite la hipocresía que desacredita el mensaje.

Introducción: La Gloria de Dios y el Origen de Todo Buen Don

Cuando un pecador se arrepiente y es bautizado para el perdón de los pecados (Hechos 2:38, NBLA), nuestra reacción no es de orgullo, sino de gozo humilde. Reconocemos que la obra no es nuestra, sino de Dios: “Habiendo sido sepultados con Él en el bautismo, en el cual también han resucitado con Él por la fe en la acción del poder de Dios, que Lo resucitó de entre los muertos” (Colosenses 2:12, NBLA). Toda la gloria y el crédito van a Dios.

Cuando una “oveja perdida” regresa al redil, sabemos que la obra es un milagro de la gracia. Jesús nos enseña que hay regocijo en el cielo: “Les digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento” (Lucas 15:7, NBLA). Nuevamente, el crédito es para el Señor de la Cosecha.

Cuando alguien elogia al predicador por el sermón, el predicador humilde da crédito a Dios. Esta es la esencia de la integridad: reconocer que Dios merece todo el crédito por “toda buena dádiva y todo don perfecto” (Santiago 1:17, NBLA) 1. El intelecto, la perspicacia y la habilidad para estructurar la verdad son dones. Por lo tanto, el mismo principio de humildad y honestidad se aplica a la integridad intelectual: nunca se atribuya el don que Dios ha dado a otro.

La credibilidad del predicador no es un accesorio; es el canal de su autoridad. La gente perdona un sermón débil, pero no perdona la deshonestidad. El hurto intelectual es una traición a la Palabra que profesa predicar. Es poner la vanidad personal por encima del llamado a ser mayordomo fiel de la verdad de Dios. En un ministerio de “cero costo,” su tiempo es su mayor inversión. La integridad se convierte en el recurso más valioso que posee. La falta de presupuesto nunca es una excusa para la falta de disciplina personal y honestidad radical.

1. El Fundamento Teológico de la Integridad Radical

La ética de la predicación es un imperativo divino que se fundamenta en el carácter inmutable de Dios.

1.1. La Regla Cardinal: No Robarás las Ideas (Éxodo 20:15)

El mandato “No robarás” (Éxodo 20:15, NBLA) trasciende el hurto material. Robar la idea central, la exégesis o la estructura de otra persona es robar su tiempo y su don dado por Dios. El hurto intelectual es una mentira por omisión.

• La Fidelidad, No la Originalidad: La originalidad no es la meta; la fidelidad sí lo es. Si la exégesis de un teólogo o un hermano en la fe le dio una perspectiva clave, usted debe reconocerlo. Esta práctica no disminuye su autoridad; la aumenta al demostrar que es un estudiante honesto de la Palabra.
• La Humildad Canaliza la Gloria: La humildad en la citación canaliza la gloria a Dios 2. Cuando usted reconoce una fuente humana, está confirmando que la verdad es universal y que la fuente final de toda sabiduría es el Espíritu, quien la reveló a través de esa persona.

1.2. El Principio de la Responsabilidad Permanente y el Archivo Digital

El predicador debe operar bajo la advertencia solemne: Toda palabra es archivada para siempre. En el entorno digital moderno, cada sermón se graba, se sube y se convierte en un registro permanente. No existe el “sermón de prueba” o el “plagio silencioso.”

• Prudencia Pastoral: Su integridad se juzgará retrospectivamente. Si un punto exegético que presentó como suyo se rastrea directamente a un manuscrito en línea, su credibilidad queda comprometida para siempre. Este riesgo exige una disciplina de citación rigurosa, no solo por ética, sino por prudencia pastoral 3.

1.3. La Ética de la Mayordomía y el “Robo de la Pereza”

El recurso de “cero costo” más valioso que tiene es su tiempo y su disciplina. La Biblia enseña que la verdadera sabiduría viene de Dios (Santiago 1:5, NBLA) 4, no de la información fácil.

• El Costo del Esfuerzo Personal: El robar la preparación de otro es el “pecado de la pereza programada.” El estudio de la Escritura está diseñado para ser un trabajo duro 5. El acto de luchar con el texto tiene una influencia formativa en su carácter como predicador 6.
• La Transformación: Cuando corta este proceso por el plagio superficial, se roba a sí mismo los beneficios espirituales y atrofia sus músculos exegéticos. El predicador debe ser transformado por el mensaje antes de entregarlo.
• Tu Tarea como Arquitecto, No como Decorador: Utiliza los recursos gratuitos (léxicos, comentarios básicos, resúmenes) solo para inspeccionar tu exégesis, no para arquitectarla. Primero, haga su labor en el texto, extraiga sus puntos, y luego consulte para confirmar o corregir. Si un comentarista le proporciona los tres puntos principales de su bosquejo, la integridad le exige o bien citarlo, o reformular el bosquejo por completo para que refleje la estructura que usted encontró en su estudio.
• La Ética del Reuso: Si tiene que predicar un sermón ya usado, la integridad le obliga a orarlo, revisarlo y refinarlo como si fuera nuevo, asegurándose de que hable a la necesidad específica de esa congregación. Nunca sirva a una congregación el “alimento rancio” de un sermón no meditado.

2. La Integridad Exegética: El Manejo Honesto del Texto Original

Para una tradición que basa su autoridad en el rigor del estudio textual, la ética en el manejo del lenguaje original es un pilar fundamental.

2.1. El Robo del Diccionario: Transparencia de la Raíz

Si utiliza un léxico gratuito (como el de Strong) para explicar el significado profundo de un término (ej. agapē o dikaiosynē), la integridad le obliga a reconocer que esa definición es un trabajo académico. No finja haber llegado a esa definición por una revelación espontánea o por su genialidad.

• La Humildad del Léxico: Simplemente diga: “Según los léxicos, el término aquí implica…” o “El estudio de la palabra original nos ayuda a entender que…” Esto es un reconocimiento sencillo de que está usando recursos académicos. El sermón no se trata de hacerle ver inteligente, sino de ser fiel al texto.
• La Falacia Etimológica: La integridad también significa no distorsionar el significado de una palabra. Nunca use la etimología de una palabra (sus raíces antiguas) como su significado principal en el contexto bíblico. El significado está determinado por el uso que se le da en el tiempo del escritor (el uso prevalente), no por cómo se usó la palabra 500 años antes 7.

2.2. Ética de la Traducción y la Versión

El predicador es un puente entre el texto original y la audiencia. La transparencia de la versión es vital para no crear confusión.

• Justificación Clara del Cambio: Nunca cambie de versión solo porque la alternativa “suena mejor” o apoya su punto más fácilmente. El cambio solo se justifica por fidelidad exegética. Si lo hace, informe a la congregación.
• La Fidelidad al Texto Completo: Si una traducción moderna suaviza una palabra fuerte del original o, peor aún, omite un versículo entero (como ocurre en ciertas versiones), la integridad le obliga a notar la diferencia y a explicar por qué su traducción o el original dice algo diferente. Usted es responsable de todo el consejo de Dios.

3. La Frontera Digital: Integridad y el Límite de la Inteligencia Artificial (IA)

La IA es hoy la herramienta de “costo cero” más poderosa y es la prueba de fuego de la integridad moderna. Su uso está delimitado por la convicción teológica de que es un siervo, nunca un sustituto.

3.1. La Línea Roja: IA como Herramienta, No como Teólogo

La IA puede generar ortodoxia porque la sana doctrina tiene un patrón que los algoritmos pueden replicar 8. Sin embargo, la predicción de patrones no es un encuentro espiritual.

• El Muro Teológico: El compromiso adecuado con las Escrituras es una tarea espiritual que involucra la iluminación especial y la obra del Espíritu (1 Corintios 2:12-14, NBLA) 10. La IA, al carecer de conciencia y de la capacidad de orar, no puede aprovechar la iluminación del Espíritu.
• Prohibición Absoluta: El Hurto Espiritual: Jamás debe usar la IA para:
  1. Generar la Interpretación Teológica: No puede decir lo que significa el texto a nivel de la voluntad de Dios.
  2. Crear la Aplicación Pastoral: No conoce a sus ovejas ni a su corazón.
  3. Redactar el Sermón Final: Escribir el sermón es una responsabilidad pastoral que no se puede subcontratar 11.

3.2. El Uso Responsable: El Asistente de Investigación

Usa la IA solo para el “trabajo pesado” de datos, lo que le libera para el estudio contemplativo. La IA debe ser un servidor de datos, nunca un sustituto del discipulado personal 12.

3.3. La Ética de la Transparencia Digital

Dado que la IA está infiltrándose en el ministerio, la integridad requiere que el predicador lidere con transparencia 14.

4. La Traición del Robo Digital: La Ética Contra la Piratería

Si la integridad intelectual prohíbe el robo de ideas, la integridad moral prohíbe el robo de la propiedad. En un ministerio de “cero costo,” la tentación de obtener material ilegalmente es alta, pero la respuesta de la Escritura es innegable y sin excusas: “El que roba, no robe más, sino más bien que trabaje, haciendo con sus propias manos lo que es bueno, a fin de que tenga algo que compartir con el que tiene necesidad” (Efesios 4:28, NBLA). El fin nunca justifica el medio del pecado.

4.1. El Evangelio No Necesita el Crimen

Algunos ministros razonan que el robo de material cristiano (libros fotocopiados, copias ilegales de software bíblico, warez o hard-disk loading) se justifica porque “es para la obra del Señor.” Esta es una falacia peligrosa. El Evangelio es lo suficientemente poderoso por sí mismo; no necesita de su deshonestidad para ser predicado.

• Violación del Octavo Mandamiento: El software y los libros son la propiedad intelectual de un autor. Cuando usted hace una copia no autorizada, está violando el mandato simple y claro: “No robarás” (Éxodo 20:15, NBLA).
• La Paradoja de la Biblia Robada: Es una tristeza que la Biblia sea, según se rumorea, el libro más robado del mundo. Un predicador de la Palabra no puede participar en el robo, ni siquiera de una copia digital, sin caer en una hipocresía que anula su mensaje.

4.2. El Daño al Cuerpo de Cristo

La piratería en el ministerio no es un “crimen sin víctimas.” Las víctimas son hermanos en la fe.

• Los Escritores y Programadores: Su trabajo es su sustento y su medio para mantener a sus familias. Cuando usted piratea su trabajo, les está robando su salario (1 Timoteo 5:18).
• El Testimonio: El uso de material robado anula el testimonio del predicador. Si un miembro de su congregación sabe que usted usa una copia pirata de un libro, su credibilidad se desploma. Su vida fuera del púlpito debe ser tan limpia como el sermón que predica.

4.3. Reglas Innegociables contra la Piratería

No hay excepción ni área gris para el robo en el ministerio.

1. Copias Físicas Ilegales: Nunca fotocopie un libro entero ni un cuaderno de estudio para evitar la compra. Si no puede pagar, use la biblioteca pública o los recursos gratuitos autorizados (como los mencionados en el Capítulo 6).
2. Software y Piratería Digital: Nunca use sitios warez, redes peer-to-peer ni acepte copias de software (“hard-disk loading”) si sabe que la licencia no fue comprada legalmente. El costo de la integridad es mayor que el costo del software.
3. Compartir Digitalmente: No comparta archivos PDF de libros protegidos por derechos de autor, incluso si solo los comparte con un amigo. Es su responsabilidad asegurarse de que la difusión de la verdad se haga de manera legal y ética.

El predicador debe buscar el bien, trabajando con sus manos y su mente, para que no solo tenga lo necesario, sino también para que tenga “algo que compartir con el que tiene necesidad” (Efesios 4:28, NBLA). Su lucha debe ser por el trabajo honesto, no por el atajo ilegal.

5. Integridad en el Púlpito: El Formato Sencillo para Citar

El formato de citación es sencillo: sé claro en el momento y conciso en la referencia. El objetivo es mantener el flujo del mensaje.

5.1. Formato Conversacional

5.2. El Archivo de la Honestidad (Documentación Privada)

Aunque solo cites de forma conversacional en el púlpito, debes mantener una disciplina rigurosa de documentación en tu archivo personal de sermones (tu manuscrito de estudio).

• Regla de Archivo: En tu manuscrito, usa una nota al pie o un paréntesis con el nombre del autor y el libro o la fuente online. Esto sirve como tu prueba personal de integridad y te permite rastrear la idea si alguna vez se cuestiona. La honestidad debe ser visible en el púlpito y demostrable en tu estudio.

6. Integridad y la Advertencia Final: La Credibilidad no se Repara

La integridad en el púlpito es solo una extensión de la integridad fuera de él.

6.1. La Mentira Más Pequeña: El Engaño de la Ilustración

Si inventas, exageras o manipulas un detalle en una ilustración (ej. fingir que conocías a alguien famoso, o aumentar la tragedia de una anécdota) para manipular la emoción, has roto tu juramento de integridad. El poder del Espíritu Santo es suficiente; no necesita de tus mentiras 15.

• El Principio del Testigo: Un predicador da un testimonio, no una actuación. Un testigo jura decir toda la verdad, nada más que la verdad. La manipulación de emociones es la antítesis de la convicción del Espíritu Santo.

6.2. La Vida como el Sermón Final: Comer el Rollo

El predicador que vive de una manera diferente a lo que predicó es un hipócrita, y su testimonio es la traición más grave. La gente debe ver que la Palabra te ha transformado a ti primero (Cap. 3).

El profeta Ezequiel fue llamado a “comer el rollo” antes de hablarlo (Ezequiel 2:8-3:3) 16. Este acto simboliza la ingestión, la digestión y la asimilación total de la Palabra por el predicador. La integridad es la demostración de que eres un mensajero que ha sido transformado por su propio mensaje.

Notas al Pie y Referencias

1. El mismo principio que en la restauración del alma (Colosenses 2:12), la gloria debe ser dada al Dador de todos los dones (Santiago 1:17).
2. Robinson, Haddon W. Biblical Preaching: The Development and Delivery of Expository Messages. Baker Academic, 2001. El hurto intelectual compromete la autoridad moral del predicador.
3. Piper, John. The Supremacy of God in Preaching. Baker Books, 1990. La predicación exige prudencia al saber que el registro digital es permanente.
4. Barnes, Mark, citado en Logos Live, “Responsible Use of AI in Bible Study and Ministry.” La sabiduría se distingue del conocimiento informático.
5. Barnes, Mark, citado en Logos Live. La lucha con la Escritura es una disciplina formativa: “Studying Scripture is meant to be hard work.”
6. Reinke, Tony. God, Technology, and the Christian Life. Crossway, 2022. La predicación es un acto encarnacional; la lucha con el texto es formativa.
7. Silva, Moises. Biblical Words and Their Meaning: An Introduction to Lexical Semantics. Zondervan, 1994. La falacia etimológica es un error común en la exégesis del autodidacta.
8. Reinke, Tony. Conferencia Authentic Preaching in the Age of AI, Phoenix Seminary. La ortodoxia tiene un patrón que la IA es muy buena replicando.
9. Barnes, Mark, citado en Logos Live. “AI doesn’t have a soul, doesn’t pray, and doesn’t comulgate with God.”
10. Pelton, Randal. What Can I Do That AI Can’t? Reflections for Preachers in a Digital Age. El uso de la Escritura requiere iluminación del Espíritu, no solo procesamiento de datos.
11. Barnes, Mark, citado en Logos Live. Escribir el sermón es una “responsabilidad pastoral que no se puede subcontratar.”
12. Barnes, Mark, citado en Logos Live. La IA debe ser un **”servant, not a substitute.”**
13. Barnes, Mark, citado en Logos Live. La IA puede “hallucinate” (alucinar) y producir información plausible pero incorrecta.
14. Estes, Douglas. “AI in Ministry: 3 Conversations Pastors Should Have.” Logos. La transparencia es clave para evitar la desconfianza.
15. Lloyd-Jones, D.M. Preaching and Preachers. Grand Rapids: Zondervan, 1971. El sermón debe ser el poder del Espíritu, no la elocuencia o la manipulación humana.
16. Block, Daniel I. The Book of Ezekiel, Chapters 1–24, New International Commentary on the Old Testament. Eerdmans, 1997. El profeta “embodies the message,” la integridad comienza con la ingestión personal de la Palabra.