¡Qué tal, hermanos en el ministerio! Soy Ed Rangel.
¿Alguna vez han terminado de predicar un sermón exegético, lleno de datos precisos del griego, contexto histórico impecable y una estructura textual bien definida, solo para sentir que la congregación se va con la cabeza llena pero el corazón intacto? A mí me ha pasado. Invertimos horas en la exégesis para ser fieles al texto, pero a veces, en nuestra fidelidad a la información, fallamos en guiar a la gente hacia la transformación.
Aquí es donde entra en juego una herramienta que cambió mi forma de estructurar sermones: La Taxonomía de Bloom.
Preparar un sermón es como planificar un viaje. La exégesis nos da el vehículo (la verdad bíblica) y el combustible (los detalles del texto). Pero la Taxonomía de Bloom es el mapa. Nos dice a dónde vamos y las paradas que debemos hacer en el camino para asegurarnos de que todos los pasajeros (la congregación) lleguen al destino final: una vida transformada por la Palabra de Dios. No se puede llegar a la cima de una montaña sin pasar primero por la base.
¿Qué es la Taxonomía de Bloom?
En pocas palabras, es una jerarquía de objetivos de aprendizaje. Organiza el pensamiento en seis niveles, desde lo más simple a lo más complejo. Originalmente diseñada para educadores, es una herramienta increíblemente poderosa para nosotros, los predicadores.
Los seis niveles son:
- Recordar: Reconocer y traer a la memoria datos y conceptos básicos.
- Comprender: Explicar ideas o conceptos.
- Aplicar: Usar la información en situaciones nuevas.
- Analizar: Desglosar la información en partes para explorar relaciones.
- Evaluar: Justificar una postura o decisión.
- Crear: Generar un nuevo producto, punto de vista o plan.
Visualiza esto como una pirámide. No puedes llegar a los niveles superiores sin haber construido una base sólida en los inferiores.
¿Por Qué es Vital para la Predicación Exegética?
La predicación exegética se enfoca en extraer el significado del texto. Esto es fundamental. Pero nuestro trabajo no termina ahí. Debemos tomar ese significado y guiar a la congregación en un viaje.
Sin una estructura como la de Bloom, un sermón exegético puede convertirse en un “vertedero de datos”. Damos definiciones, contexto, sintaxis… pero no conectamos los puntos de una manera que lleve a la convicción, al arrepentimiento y a la acción. Pasamos todo el tiempo en el nivel de Recordar y Comprender.
Bloom nos forza a preguntarnos: “¿Qué quiero que la gente haga con esta verdad?”. Nos obliga a diseñar un sermón que no solo informe, sino que transforme.
Los Seis Niveles en Acción: Un Ejemplo Exegético
Usemos un pasaje conocido y profundo: Filipenses 2:5-11. Nuestro objetivo es predicar un sermón sobre la humildad de Cristo como nuestro modelo. Veamos cómo Bloom nos da el mapa.
Nivel 1: Recordar (La Base)
Aquí establecemos los hechos básicos. Es el “quién, qué, cuándo, dónde”.
Objetivo del Sermón: Que la congregación pueda nombrar los actos clave de la humillación y exaltación de Cristo en el pasaje.
Ejemplo en el Sermón: “Hermanos, el texto es claro. ¿Quién es el sujeto aquí? Cristo Jesús. ¿Qué hizo Él? Se despojó a sí mismo. ¿Qué forma tomó? La de un siervo. ¿Hasta dónde fue obediente? Hasta la muerte, y muerte de cruz. Estos son los hechos innegables del texto”.
Nivel 2: Comprender (El Significado)
Explicamos los conceptos. Traducimos la teología a un lenguaje entendible.
Objetivo del Sermón: Que la congregación pueda explicar con sus propias palabras lo que significa que Cristo “se despojó a sí mismo” (kenosis).
Ejemplo en el Sermón: “Ahora, ¿qué significa que ‘se despojó a sí mismo’? No significa que dejó de ser Dios. ¡Jamás! Significa que voluntariamente dejó de usar Sus atributos divinos para Su propio beneficio y adoptó la posición de un esclavo. Imaginen a un rey vistiendo el uniforme de un barrendero para limpiar las calles de su propio reino, no porque dejó de ser rey, sino para servir a su pueblo. Esa es una pálida imagen de lo que Cristo hizo por nosotros”.
Nivel 3: Aplicar (La Conexión)
Aquí conectamos la verdad antigua con la vida moderna.
Objetivo del Sermón: Que la congregación pueda identificar un área específica de su vida (matrimonio, trabajo, iglesia) donde puedan aplicar la “mente de Cristo”.
Ejemplo en el Sermón: “Pablo no nos da esta lección de teología para que ganemos un debate. Él dice en el versículo 5: ‘Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús’. ¿Cómo se ve esto el lunes por la mañana? En tu matrimonio, significa dejar de llevar la cuenta de quién tiene la razón. En el trabajo, significa buscar el éxito de tu colega tanto como el tuyo. En la iglesia, significa tomar la silla menos importante y servir sin esperar reconocimiento”.
Nivel 4: Analizar (La Profundidad)
Aquí desglosamos la idea, la comparamos y la contrastamos.
Objetivo del Sermón: Que la congregación pueda contrastar la humildad auto-impuesta de Cristo con la arrogancia y el egoísmo del mundo (y de nuestro propio corazón).
Ejemplo en el Sermón: “Observen la estructura: hay un descenso y un ascenso. Jesús desciende en humildad (vv. 6-8) y Dios lo asciende en gloria (vv. 9-11). El mundo nos dice lo contrario: ‘¡Sube! ¡Pisa a otros para llegar a la cima! ¡Exígete tus derechos!’. El evangelio nos muestra un camino radicalmente diferente: el camino hacia abajo es el camino hacia la verdadera gloria. Analiza tu propio corazón. ¿Qué voz estás escuchando? ¿La del mundo que te dice ‘agárrate’ o la de Cristo que te dice ‘entrégate’?”.
Nivel 5: Evaluar (El Juicio)
Aquí llamamos a la congregación a tomar una decisión, a formar un juicio de valor.
Objetivo del Sermón: Que la congregación evalúe sus propias motivaciones para servir y juzgue si provienen de un deseo de gloria personal o de una verdadera humildad cristiana.
Ejemplo en el Sermón: “En vista de este sacrificio, debemos hacernos una pregunta incómoda: ¿Por qué hacemos lo que hacemos en la iglesia? ¿Por qué sirves? ¿Por qué enseñas? ¿Es para que la gente diga ‘qué buen siervo’ o para que digan ‘qué gran Salvador’? Te pido que evalúes tu servicio esta semana. Si nadie se diera cuenta de lo que haces, ¿lo seguirías haciendo? La respuesta a esa pregunta determina si tienes la mente de Cristo o la mente del mundo”.
Nivel 6: Crear (La Acción)
Este es el destino final del viaje. No es solo saber, es hacer.
Objetivo del Sermón: Que cada persona diseñe un plan de acción concreto y personal para mostrar humildad a alguien esta semana.
Ejemplo en el Sermón: “No podemos salir de aquí solo admirando la humildad de Cristo. Debemos imitarla. Tu desafío esta semana es este: crea una oportunidad para servir en secreto. Piensa en una persona en tu vida que necesita ánimo, ayuda o simplemente ser escuchada. Ahora, diseña un plan. ¿Le enviarás una nota anóima de aliento? ¿Pagarás por su café sin que se entere? ¿Harás una tarea en casa que le corresponde a otro sin decir nada? Sal de aquí no con una idea, sino con un plan. Crea tu propio acto de ‘kenosis’ esta semana”.
Cómo Usarlo en tu Preparación Semanal
Aquí tienes un plan de juego práctico.
| Paso | Acción | Pregunta Guía (para ti, el predicador) |
|---|---|---|
| 1. Exégesis | Estudia el pasaje a profundidad. | ¿Cuál es el significado original y la idea central del texto? |
| 2. Define el Destino | Decide cuál será el objetivo del nivel Crear o Evaluar. | ¿Qué decisión o acción específica quiero que la congregación tome al final? |
| 3. Traza la Ruta | Estructura los puntos principales de tu sermón para que sigan los niveles de Bloom. | ¿Cómo puedo llevarlos desde los hechos básicos hasta la acción final de manera lógica y convincente? |
| 4. Escribe el Sermón | Escribe cada punto usando los niveles como guía. | ¿Mi introducción establece los hechos (Recordar)? ¿Mi primer punto explica el concepto (Comprender)? ¿Mi segundo punto lo conecta a la vida (Aplicar)? etc. |
| 5. Predica para la Transformación | Entrega el sermón con el objetivo claro de guiar a la gente en este viaje. | ¿Estoy simplemente dando información o estoy guiando a mi gente a un encuentro transformador con Dios? |
Hermanos, la Taxonomía de Bloom no es una fórmula mágica ni una camisa de fuerza. Es un mapa. Una herramienta dada por Dios, creo yo, que nos ayuda a ser más intencionales y efectivos en nuestro llamado sagrado de predicar la Palabra. Úsala para llevar a tu congregación más allá del conocimiento, hacia la adoración y la obediencia radical.
Que Dios bendiga su predicación.